domingo, 26 de febrero de 2012

LA JUVENTUD MEDALLISTA LEE

ASÍ ME SIENTO CUANDO LEO UN BUEN LIBRO


Jóvenes y niñas medallistas, déjense abrazar por muchos pero muchísimos libros que engrandecerán tu cultura, conocimiento, expresión,  ortografía, redacción; allí encontrarás muchos amigos, lugares, personajes, expresiones que deseas conocer; es una herramienta utilísima para quien quiere salir adelante y progresar en sus metas; búscalos hay muchísimos tambien debes saberlos  elegir.  Así que ánimo a leer, nunca te pesará lo que puedas aprender de ellos.   Sor Alba


TALLERES DE LECTURA

Lea el siguiente texto periodístico y seleccione la opción correcta entre las que se le proponen a continuación del mismo:

La policía, denunciada por matar una culebra protegida

EFE, Alcalá de Henares

Gonzalo M., un joven ecologista de Alcalá de Henares, denunció a la Policía Local de la ciudad ante el teléfono verde de la Agencia de Medio Ambiente al enterarse por la prensa de que los agentes mataron una culebra de escalera –especie protegida- que extrajeron del tapacubos de la rueda de un coche. La culebra pertenece a una especie protegida por el Ministerio de Agricultura, que sanciona con multas de diferente cuantía al que dañe a alguno de estos ejemplares.

Según Gonzalo M., el agente que sacó la culebra y la llevó enroscada en el brazo hasta el cuartelillo, sabía que era inofensiva. El funcionario explicó el viernes que no era cierto que hubieran matado a la culebra con una porra, sino que el reptil se murió por el camino debido al calor. Cuatro agentes de la Policía Local y el edil de Seguridad Ciudadana intervinieron en la expulsión de la culebra del tapacubos.

(Adaptado de El País)
Responde:
1. El joven ecologista Gonzalo M.
a) denunció a la policía local por un delito ecológico.
b) fue denunciado por la policía ecológica.
c) recibió una denuncia por medio del teléfono verde.

2. Los agentes de la policía local
a) tuvieron que matar una culebra en la escalera.
b) sacaron una culebra a la escalera.
c) mataron una culebra de escalera.

3. Esa clase de culebra
a) es inofensiva.
b) se enrosca en los brazos de una persona inmovilizándola.
c) es muy sensible al calor.
EJERCICIO DE ORTOGRAFÍA
Carmen _ino ayer a mi casa.

Todo fue _ien en la escuela.
El león es un animal salva_e.
El e_perador ordenó la retirada de los soldados.
Luis hi_o todo lo que le mandaron sus padres.
La niña __oró cuando la pegaron.
El m_dico le recomendó reposo.
No _ugaremos con vosotros.
Les _imos ir al cine.
Dame la _arra de agua.
Me gusta el sa_or del queso.
El cami_n se quedó sin frenos.
Todos _emos cruzado el rio.
La na_e espacial se perdió en el espacio.
El tacto se agudiza en la _ema de los dedos.
El carni_ero nos vendió filetes de ternera.
La cosecha de la u_a en aquel año nos proporcionó una gran vino. 
Pongamos en hora todos los relo_es.
Aquí _ay muchas manzanas.
A_í están las manzanas.





sábado, 25 de febrero de 2012

BELLAS FÁBULAS DE RAFAEL POMBO


1. SIMÓN EL BOBITO

Simón el Bobito llamó al pastelero:

« ¡A ver los pasteles! ¡los quiero probar!»
«-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero
«Ver ese cuartillo con que has de pagar».
Buscó en los bolsillos el buen
Simoncito Y dijo: «¡De veras! no tengo ni unito».
A Simón Bobito le gusta el pescado
Y quiere volverse también pescador,
Y pasa las horas sentado, sentado,
Pescando en el balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito un pastel de nieve
Y a asar en las brasas hambriento lo echó,
Pero el pastelito se deshizo en breve,
Y apagó las brasas y nada comió.
Simón vio unos cardos cargando ciruelas
Y dijo: «-¡Qué bueno Las voy a coger».
Pero peor que agujas y puntas de espuelas
Le hicieron brincar y silbar y morder.
Se lavó con negro de embolar zapatos,
Porque su mamita no le dio jabón,
Y cuando cazaban ratones los gatos
Espantaba al gato gritando: ¡ ratón !
Ordeñando un día la vaca pintada
Le apretó la cola en vez del pezón;
¡Y aquí de la vaca! Le dio tal patada
Que como un trompito bailó don Simón.
Y cayó montado sobre la ternera;
Y doña ternera se enojó también,
Y ahí va otro brinco y otra pateadera
Y dos revolcadas en un santiamén.
Se montó en un burro que halló en el mercado
Y a cazar venados alegre partió,
Voló por las calles sin ver un venado,
Rodó por las piedras y el asno se huyó.
A comprar un lomo lo envió taita Lucio,
Y él lo trajo a casa con gran precaución
Colgado del rabo de un caballo rucio
Para que llegase limpio y sabrosón.
Empezando apenas a cuajarse el hielo
Simón el Bobito se fue a patinar,
Cuando de repente se le rompe el suelo
Y grita: «¡me ahogo! ¡Vénganme a sacar!»
Trepándose a un árbol a robarse un nido,
La pobre casita de un mirlo cantor...
Desgájase el árbol, Simón da un chillido,
Y cayó en un pozo de pésimo olor.
Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco,
y volviendo a casa le grita a papá
«Taita, yo no puedo matar pajaruco
Porque cuando tiro se espanta y se va».
Viendo una salsera llena de mostaza,
Se tomó un buen trago creyéndola miel,
Y estuvo rabiando y echando babaza
Con tamaña lengua y ojos de clavel.
Vio un montón de tierra que estorbaba el paso,
Y unos preguntaban: «¿Qué haremos aquí?»
«-¡Bobos! dijo el niño, resolviendo el caso;
Que abran un gran hoyo y la echen allí».
Lo enviaron por agua, y él fue volandito
Llevando el cedazo para echarla en él:
Así que la traiga el buen Simoncito
Seguirá su historia pintoresca y fiel.

2. LA POBRE VIEJECITA


Érase una viejecita Sin nadita que comer
Sino carnes, frutas, dulces, Tortas, huevos, pan y pez
Bebía caldo, chocolate, Leche, vino, té y café,
Y la pobre no encontraba Qué comer ni qué beber.
Y esta vieja no tenía Ni un ranchito en que vivir
Fuera de una casa grande Con su huerta y su jardín
Nadie, nadie la cuidaba Sino Andrés y Juan Gil
Y ocho criados y dos pajes De librea y corbatín
Nunca tuvo en qué sentarse Sino sillas y sofás
Con banquitos y cojines Y resorte al espaldar
Ni otra cama que una grande Más dorada que un altar,
Con colchón de blanda pluma, Mucha seda y mucho olán.
Yesta pobre viejecita Cada año, hasta su fin,
Tuvo un año más de vieja Y uno menos que vivirY al mirarse en el espejo La espantaba siempre allí
Otra vieja de antiparras, Papalina y peluquín.
 y  esta pobre viejecita No tenía que vestir
Sino trajes de mil cortes Y de telas mil y mil.
Y a no ser por sus zapatos, Chanclas, botas y escarpín,
Descalcita por el suelo Anduviera la infeliz
Apetito nunca tuvo Acabando de comer,
Ni gozó salud completa Cuando no se hallaba bien
Se murió del mal de arrugas, Ya encorvada como un tres,
Y jamás volvió a quejarse Ni de hambre ni de sed. y esta pobre viejecita
Al morir no dejó más Que onzas, joyas, tierras, casas,
Ocho gatos y un turpial Duerma en paz, y Dios permita
Que logremos disfrutar Las pobrezas de esa pobre
Y morir del mismo mal.  Rafael pombo 

 3. MIRRINGA MIRRONGA

Mirringa Mirronga, la gata candonga va a dar un convite jugando escondite, y quiere que todos los gatos y gatas no almuercen ratones ni cenen con ratas.
"A ver mis anteojos, y pluma y tintero, y vamos poniendo las cartas primero.
Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas, y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas.
"Ahora veamos qué tal la alacena.
Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena! Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa.
¡Qué amable señora la dueña de casa! "Venid mis michitos Mirrín y Mirrón.
Id volando al cuarto de mamá Fogón por ocho escudillas y cuatro bandejas que no estén rajadas, ni rotas ni viejas.
Venid mis michitos Mirrón y Mirrín, traed la canasta y el dindirindín, ¡y zape, al mercado! que faltan lechugas y nabos y coles y arroz y tortuga.
"Decid a mi amita que tengo visita, que no venga a verme, no sea que se enferme que mañana mismo devuelvo sus platos, que agradezco mucho y están muy baratos.
"¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran ¡Qué quiten el polvo, que frieguen, que barran
¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín! Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".
Llegaron en coche ya entrada la noche señores y damas, con muchas zalemas, en grande uniforme, de cola y de guante, con cuellos muy tiesos y frac elegante.
Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta en una cabriola se mordió la cola, mas olió el tocino y dijo "¡Miaao!"
¡Este es un banquete de pipiripao!"
Con muy buenos modos sentáronse todos, tomaron la sopa y alzaron la copa; el pescado frito estaba exquisito y el pavo sin hueso era un embeleso.
De todo les brinda Mirringa Mirronga: – "¿Le sirvo pechuga?" – "Como usted disponga, y yo a usted pescado, que está delicado".
– "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta: "Repita sin miedo". Y él dice: – "Concedo".
Más ¡ay! que una espina se le atasca indina, y Ñoña la hermosa que es habilidosa metiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!" Mirriña a Cuca le golpeó en la nuca y pasó al instante la espina del diantre, sirvieron los postres y luego el café, y empezó la danza bailando un minué.
Hubo vals, lanceros y polka y mazurca, y Tompo que estaba con máxima turca, enreda en las uñas el traje de Ñoña y ambos van al suelo y ella se desmoña.
Maullaron de risa todos los danzantes y siguió el jaleo más alegre que antes, y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta! ¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"
Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia y armó un gatuperio un poquito serio dándoles chorizo de tío Pegadizo para que hagan cenas con tortas ajenas.  Rafael pombo

4. PASTORCITA


Pastorcita perdió sus ovejas, y ¡quien sabe por donde andarán¡

No te enfades, que oyeron tus quejas y ellas mismas bien pronto vendrán. Y no vendrán solas, que traerán sus colas, y ovejas y colas gran fiesta darán.
Pastorcita se queda dormida y soñando las oye balar, se despierta y las llama enseguida: ¡ovejitas, vengan ovejas¡, y engañada se tiende a llorar.
No llores, Pastora, que niña que llora bien pronto la oímos reír y cantar.
Levantose contenta, esperando que ha de verlas bien presto quizás, y las vio, mas dio un grito observando que dejaron sus colas atrás: ¡Ay, mis ovejitas, pobres raboncitas¡ ¿Dónde están mis colas? ¿No las veré más?
Pero andando por todo el rebaño, otro grito una tarde soltó, cuando un gajo de un viejo castaño cargadito de colas halló. Secándose al viento, dos, tres, hasta cien, allí una tras otra colgadas las vio.
Dio un suspiro y un golpe en la frente, y ensayó cuanto pudo inventar, miel, costura, variado ingrediente, para tanto rabón remendar. Busco la colita de cada ovejita y al verlas como antes se puso a bailar.
                                                                                                                                                                        RAFAEL POMBO


5. EL NIÑO Y EL PASTORCITO

El corderito ---Por mi madre querida Que tal vez afligida Me anda buscando. El niño ---¿Temes verte solito, O te acobarda el grito Del dogo hambriento? El corderito ---No me asusta que ladre; Mas lejos de mi madre No estoy contento. El niño ---¡Ah! ya entiendo tu pena, Si tu mamá es tan buena Como la mía.
Déjame acompañarte, Yo seré en cualquier parte Tu garantía. Pero ya que recuerdo Que cuando yo me pierdo Mamá se afana. Andemos ligeritos, Y vivamos juntitos Desde mañana.  Rafael Pombo
6.. EL NIÑO Y LA MARIPOSA 

El niño ---Mariposa, Vagarosa Rica en tinte y en donaire,
¿Qué haces tú de rosa en rosa? ¿De qué vives en el aire?
La mariposa ---Yo, de flores Y de olores,
Y de espumas de la fuente, Y del sol resplandeciente
Que me viste de colores. El niño ---¿Me regalas
sus dos alas? ¡Son tan lindas! ¡te las pido!
Déja que orne mi vestido Con la pompa de tus galas.
La mariposa ---Tú, niñito  tan bonito,
Tú que tienes tánto traje, ¿Por qué quieres un ropaje
Que me ha dado Dios bendito? ¿De qué alitas
Necesitas Si no vuelas cual yo vuelo?
¿Qué me resta bajo el cielo Si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento De contento
El Señor a ti te envía; Mas mi vida es un solo día,
No me lo hagas de tormento ¿Te divierte
Dar la muerte A una pobre mariposa?
¡Ay! quizás sobre una rosa  "Me hallaras muy pronto inerte".
Oyó el niño Con cariño Esta queja de amargura.
y una gota de miel pura Le ofreció con dulce guiño.
Ella, ansiosa, Vuela y posa
En su palma sonrosada, Y allí mismo, ya saciada,
Y de gozo temblorosa, Expiró la mariposa
Rafael pombo

7. CATUFATO Y SU GATO

Quiso el niño Cutufato Divertirse con un gato;
Le ató piedras al pescuezo, Y riéndose el impío
Desde lo alto de un cerezo Lo echó al río.
Por la noche se acostó; Todo el mundo se durmió,
Y entró a verlo un visitante El espectro de un amigo,
Que le dijo: ¡Hola! al instante ¡Ven conmigo!
Perdió el habla; ni un saludo Cutufato hacerle pudo.
Tiritando y sin resuello Se ocultó bajo la almohada;
Mas salió, de una tirada Del cabello
Resistido estaba el chico; Pero el otro callandico,
Con la cola haciendo un nudo De una pierna lo amarró,
Y, ¡qué horror! casi desnudo Lo arrastró.
Y voló con él al río, Con un tiempo oscuro y frío,
Y colgándolo a manera De un ramito de cereza
Lo echó al agua horrenda y fiera De cabeza
¡Oh! ¡qué grande se hizo el gato! ¡qué chiquito el Cutufato!
¡Y qué caro al bribonzuelo su barbarie le costó!
Más fue un sueño, y en el suelo Despertó.
                                                                                     RAFAEL POMBO

8. LA PALOMA Y LA ABEJA

Viendo que estaba ahogándose Una abejita,
Una paloma tierna Se precipita,
Y en una rosa Que le lleva en el pico
Sálvala airosa. Poco después la abeja
Vio que en la loma Un cazador apúntale
A la paloma. Vuela: en la mano
Pícalo atroz, y el tiro Tuércese vano.
No hay ser tan miserable
Que nunca pueda Pagarnos un servicio
Que en su alma queda; No hay mayor goce
Que el de probar que el alma Lo reconoce.

9. EL RENACUAJO PASEADOR

El hijo de Rana, Rinrín Renacuajo,
salió esta mañana, muy tieso y muy majo con pantalón corto, corbata a la moda,
sombrero encintado y chupa de boda. "¡Muchacho, no salgas!" le grita mamá.
Pero él hace un gesto y orondo se va.Halló en el camino a un ratón vecino,
y le dijo: "¡Amigo! venga, usted conmigo,
visitemos juntos a doña Ratona y habrá francachela y habrá comilona".
A poco llegaron, y avanza Ratón, estírase el cuello, coge el aldabón.
Da dos o tres golpes, preguntan: "¿Quién es?"
"–Yo, doña Ratona, beso a usted los pies".
"¿Está usted en casa?" –"Sí, señor, sí estoy:
y celebro mucho ver a ustedes hoy; estaba en mi oficio, hilando algodón,
pero eso no importa; bienvenidos son".
Se hicieron la venia, se dieron la mano, y dice Ratico, que es más veterano:
"Mi amigo el de verde rabia de calor, démele cerveza, hágame el favor".
Y en tanto que el pillo consume la jarra mandó la señora traer la guitarra
y a Renacuajito le pide que cante versitos alegres, tonada elegante.
"–¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora, que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa".
"–Lo siento infinito, responde tía Rata, aflójese un poco chaleco y corbata,
 yo mientras tanto les voy a cantar una cancioncita muy particular".
Mas estando en esta brillante función de baile y cerveza, guitarra y canción,
La Gata y sus Gatos salvan el umbral, y vuélvese aquello el juicio final.
Doña Gata vieja trinchó por la oreja al niño Ratico maullándole: "¡Hola!"
y los niños Gatos a la vieja Rata uno por la pata y otro por la cola.
Don Renacuajito mirando este asalto tomó su sombrero, dio un tremendo salto,
y abriendo la puerta con mano y narices,
se fue dando a todos "noches muy felices".
Y siguió saltando tan alto y aprisa,
que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón.
Y así concluyeron, uno, dos y tres,
ratón y Ratona, y el Rana después;
Los gatos comieron y el Pato cenó,
¡y mamá Ranita solita quedó!
                                                  RAFAEL POMBO

10.  EL CUENTO DE MARGOT


Vamos Margot, repíteme esa historia Que estabas refiriéndole á María,
Ya vi que te la sabes de memoria y debes de enseñármela, hija mía.
-La sé porque yo misma la compuse. -¿Y así no me la dices ? Anda, ingrata.
-¡Tengo compuestas diez! -¡Cómo! repuse, ¿Te has vuelto á los seis años literata?
-¡No, literata no! pero hago cuentos… -No temas que tal gusto te reproche.
-Al ver á mis hermanos tan contentos yo les compongo un cuento en cada noche.
-¿Y cómo dice el que contando estabas? -Es muy triste, papá, ¿que no lo oíste?
-Sólo oí que lloraban y llorabas. -¡Ah! si, todos lloramos; ¡es muy triste!
Imagínate un niño abandonado de grandes ojos de viveza llenos,
rubio, risueño, gordo y colorado: Como mi hermano Juan, ni más ni menos
Figúrate una noche larga y fría, de muda soledad, sin luz alguna,
y ese niño muriendo, en agonía, encima de la acera, no en la cuna.
-¿En las heladas losas ? -Si, en la acera,
Es decir, en la calle… -¡Qué amargura!
-Hubo alguien que pasando lo creyera
un olvidado cesto de basura. Yo pasaba, lo vi, bajé mis brazos
Queriendo darle maternal abrigo y envuelto en un pañal hecho pedazos
lo alcé á mi pecho y lo llevé conmigo. Lloraba tanto y tanto el angelito
que ya estaban sus párpados muy rojos.. Y a cada nueva queja, a cada grito
el alma me sacaba por los ojos. Me lo llevé á mi cama: entre plumones
Lo hice dormir caliente y sosegado… ¡Cómo hubo en este mundo corazones
Capaces de dejarlo abandonado!
¡Ay! yo sé por mi libro de lectura
que estudio en mis mayores regocijos,
que ni los tigres en la selva oscura
dejan abandonados a sus hijos.
¡Pobrecito! Yo sé su mal profundo, Le curo como madre toda pena:
Parece que este niño en este mundo no es hijo de mujer sino de hiena.
De mi colchón en el caliente hueco duerme para que en lágrimas no estalle;
y llorando Margot, mostró el muñeco que en cierta noche se encontró en la calle.
                                                                                   JUAN DE DIOS PEZA


















martes, 21 de febrero de 2012

APRENDAMOS Y RECITEMOS POESÍA DE VARIOS AUTORES


LA POESÍA ES LA MÁS IMPORTANTE ESPRESIÓN DE LA CREACIÓN HUMANA, ES UNA ACTIVIDAD CREATRIVA QUE LE DA VIDA A LO INCREADO, ES HABLAR CON EL CORAZÓN EN LA MANO ES HACER QUE LA CORRIENTE DE TUS SENTIMIENTOS SE APODERE DE TU CORAZÓN. POESÍA ES VIDA, FUERA DE SER UN GÉNERO LITERARIO.
DISFRUTEMOS LOS ESCRITOS DE DIFERENTES AUTORES.

 1. YO NO TE PIDO

Yo no te pido que me bajes una estrella azul sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz.Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar sólo te pido que tú quieras las palomas que suelo mirar. De lo pasado no lo voy a negar el futuro algún día llegaráy del presente qué le importa a la gente si es que siempre van a hablar. Sigue llenando este minuto de razones para respirar no me complazcas no te niegues no hables por hablar.Yo no te pido que me bajes una estrella azul sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz.

  Mario Benedettti Pablo Milanés
2. POEMA DE AMOR
   

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivir te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito. Pablo Neruda

3. JUVENTUD 

Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer... Plural ha sido la celeste historia de mi corazón. Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura; sonreía como una flor. Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño,

Herodías y Salomé... Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer... Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar jamás. Pues a su continua ternura una pasión violenta unía. En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló como a un bebé... Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe... Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...  Otra juzgó que era mi boca el estuche de su pasión; y que me roería, loca, con sus dientes el corazón. Poniendo en un amor de exceso la mira de su voluntad, mientras eran abrazo y beso síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera imaginar siempre un Edén, sin pensar que la Primavera y la carne acaban también...
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer.  ¡Y las demás! En tantos climas, en tantas tierras siempre son, si no pretextos de mis rimas fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar. La vida es dura. Amarga y pesa. ¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin; con el cabello gris, me acerco a los rosales del jardín...  Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... ¡Mas es mía el Alba de oro!
                                                                                                                                 Rubén Darío

   4.   DENTRO DE MI                                
Dentro de mi hay un león enfrentado:de mi
corazón he labrado sus heridas:
                         Tú me lo rompiste: cuando lo vi roto Me pareció bien enfrenar a la fiera.
Antes, cual la llama que en la estera prende, Mi cólera ardía, lucía y se apagaba: 
Como del león generoso en la selva La fiebre se enciende; lo ciega y se calma.
Pero, ya no puedes: las riendas le he puesto Y al juicio he subido en el león a caballo: 
La furia del juicio es tenaz: ya no puedes. Dentro de mí hay un león enfrenado.
José Marti.

5. DETENTE SOMBRA

Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero,   
bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho, de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía.
                                                    Sor Juana Inés de la Cruz

6. REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual solicitáis su desdén, por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo.

 Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis para prentendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia.

 ¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada la que vuestro amor pretende?, ¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es de más culpar, aunque cualquiera mal haga; la que peca por la paga o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia
 juntáis diablo, carne y mundo.
                                                                                     Sor Juana Inés de la Cruz

7. ESTA TARDE MI BIEN


Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste: no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos, pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
                                                                                                   Sor Juana Inés de la Cruz

8. EL DULCE MILAGRO

¿Que es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos, y en ellas, ¡oh gracia! brotaron rosas como estrellas.
Y voy por la senda voceando el encanto y de dicha alterno sonrisa con llanto
y bajo el milagro de mi encantamiento se aroman de rosas las alas del viento.

Y murmura al verme la gente que pasa: "¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
 ¡Dice que en las manos le han nacido rosas y las va agitando como mariposas!"
¡Ah, pobre la gente que nunca comprende un milagro de éstos y que sólo entiende
Que no nacen rosas más que en los rosales y que no hay más trigo que el de los trigales!

Que requiere líneas y color y forma, y que sólo admite realidad por norma.
 Que cuando uno dice: "Voy con la dulzura", de inmediato buscan a la criatura.

Que me digan loca, que en celda me encierren que con siete llaves la puerta me cierren,
que junto a la puerta pongan un lebrel, carcelero rudo carcelero fiel.

Cantaré lo mismo: "Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen".
¡Y toda mi celda tendrá la fragancia de un inmenso ramo de rosas de Francia!
                                                                                               Juana de Ibarború

9. DESPECHO


¡Ah, qué estoy cansada! Me he reido tanto, tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca es un rastro extraño de mi risa loca.


Tanto, que esta intensa palidez que tengo (como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa que en todo mi cuerpo su sopor desliza.


¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma; pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste! ¿Cuándo más alegre que ahora me viste?


 ¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos, Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
  i brilla en mis ojos la humedad del llanto, es por el esfuerzo de reirme tanto...
                                                                                                   Juana de Ibarború


10. BESOS
Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros  hay besos que se dan sólo las almas  hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible, llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca.
                                                                                Gabriela Mistral

                           11. LA CARICIA PERDIDA
             
Se me va de los dedos la caricia sin causa, se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,  la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita, pude amar al primero que acertara a llegar.

Nadie llega. Están solos los floridos senderos. La caricia perdida, rodará... rodará...
Si en los ojos te besan esta noche, viajero, si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña que te toma y te deja, que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni esa boca que besa, si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos, en el viento fundida, ¿me reconocerás?
                                                                                                  ALFONSINA STORNI

12 LA HORA

Tómame ahora que aun es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aun es sombría  esta taciturna cabellera mía.

Ahora que tengo la carne olorosa y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligra la sandalia viva de la primavera.
Ahora que mis labios repica la risa como una campana sacudida a prisa.
Después..., ¡ah, yo sé que ya nada de eso mas tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo, como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
Tómame ahora que aun es temprano y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no mas tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca.
hoy y no mañana. ¡Oh amante!  no ves que la enredadera crecerá ciprés?
                                                                                                               Alfonsina Storni            

13.   Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo           Pablo Neruda.    

14. Poema 6


Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
                                                                                                Pablo Neruda

15. DIME

Dime por favor donde no estás en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela.
Dime por favor en que vacío, no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma, y no el sentir que tú te encuentras lejos.
Dime por favor por qué camino, podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte, y dónde descanzar de mi tristeza.
Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo, y no la sensación de que me llamas.
Dime por favor donde hay un mar, que no susurre a mis oídos tus palabras.
Dime por favor en qué rincón, nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada, que no tiene apoyada tu cabeza.
Dime por favor cuál es la noche, en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño; y que no puedo morir, porque te quiero.
                                                                                                       Jorge Luis Borges

16. MIRRINGA MILONGA


Mirringa Mirronga, la gata candonga va a dar un convite jugando escondite,
y quiere que todos los gatos y gatas no almuercen ratones ni cenen con ratas.
"A ver mis anteojos, y pluma y tintero, y vamos poniendo las cartas primero.
Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas, y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas.
"Ahora veamos qué tal la alacena. Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena!
Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa. ¡Qué amable señora la dueña de casa!
"Venid mis michitos Mirrín y Mirrón. Id volando al cuarto de mamá Fogón
por ocho escudillas y cuatro bandejas que no estén rajadas, ni rotas ni viejas.
"Venid mis michitos Mirrón y Mirrín, traed la canasta y el dindirindín,
¡y zape, al mercado! que faltan lechugas y nabos y coles y arroz y tortuga.
"Decid a mi amita que tengo visita, que no venga a verme, no sea que enferme,
que mañana mismo devuelvo sus platos, que agradezco mucho y están muy baratos.
"¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran ¡Que quiten el polvo, que frieguen, que barran
¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín! Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".
Llegaron en coche ya entrada la noche señores y damas, con muchas zalemas,
en grande uniforme, de cola y de guante, con cuellos muy tiesos y frac elegante.
Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta en una cabriola se mordió la cola,
 mas olió el tocino y dijo "¡Miaao! ¡Este es un banquete de pipiripao!"
Con muy buenos modos sentáronse todos, tomaron la sopa y alzaron la copa;
el pescado frito estaba exquisito y el pavo sin hueso era un embeleso.
De todo les brinda Mirringa Mirronga: – "¿Le sirvo pechuga?" – "Como usted disponga,
y yo a usted pescado, que está delicado". – "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta:
"Repita sin miedo". Y él dice: – "Concedo". Mas ¡ay! que una espina se le atasca indina,
y Ñoña la hermosa que es habilidosa metiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!"
Mirriña a Cuca le golpeó en la nuca y pasó al instante la espina del diantre,
sirvieron los postres y luego el café, y empezó la danza bailando un minué.
Hubo vals, lanceros y polka y mazurca, y Tompo que estaba con máxima turca,
enreda en las uñas el traje de Ñoña y ambos van al suelo y ella se desmoña.
Maullaron de risa todos los danzantes y siguió el jaleo más alegre que antes,
y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta! ¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"
Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia y armó un gatuperio un poquito serio
dándoles chorizo de tío Pegadizo para que hagan cenas con tortas ajenas.
                                        Rafael Pombo.

17.  SIMÓN EL BOBITO

Simón el bobito llamó al pastelero: ¡a ver los pasteles, los quiero probar!
-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero ver ese cuartillo con que has de pagar.
Buscó en los bolsillos el buen Simoncito dijo: ¡de veras! no tengo ni unito.
A Simón el bobito le gusta el pescado Y quiere volverse también pescador,
Y pasa las horas sentado, sentado, Pescando en el balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito un pastel de nieve Y a asar en las brasas hambriento lo echó,
Pero el pastelito se deshizo en breve, Y apagó las brasas y nada comió.
Simón vio unos cardos cargando viruelas Y dijo: -¡qué bueno! las voy a coger.
Pero peor que agujas y puntas de espuelas Le hicieron brincar y silbar y morder.
Se lavó con negro de embolar zapatos Porque su mamita no le dio jabón,
Y cuando cazaban ratones los gatos Espantaba al gato gritando: ¡ratón!
Ordeñando un día la vaca pintada Le apretó la cola en vez del pezón;
Y ¡aquí de la vaca! le dio tal patada Que como un trompito bailó don Simón.
Y cayó montado sobre la ternera Y doña ternera se enojó también
Y ahí va otro brinco y otra pateadera Y dos revolcadas en un santiamén.
Se montó en un burro que halló en el mercado Y a cazar venados alegre partió,
Voló por las calles sin ver un venado, Rodó por las piedras y el asno se huyó.
A comprar un lomo lo envió taita Lucio, Y él lo trajo a casa con gran precaución
Colgado del rabo de un caballo rucio Para que llegase limpio y sabrosón.
Empezando apenas a cuajarse el hielo Simón el bobito se fue a patinar,
Cuando de repente se le rompe el suelo Y grita: ¡me ahogo! ¡vénganme a sacar!
Trepándose a un árbol a robarse un nido, La pobre casita de un mirlo cantor,
Desgájase el árbol, Simón da un chillido, Y cayó en un pozo de pésimo olor
Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco: Y volviendo a casa le dijo a papá:
Taita yo no puedo matar pajaruco Porque cuando tiro se espanta y se va.
Viendo una salsera llena de mostaza Se tomó un buen trago creyéndola miel,
 estuvo rabiando y echando babaza Con tamaña lengua y ojos de clavel.
Vio un montón de tierra que estorbaba el paso Y unos preguntaban ¿qué haremos aquí?
Bobos dijo el niño resolviendo el caso; Que abran un grande hoyo y la echen allí
Lo enviaron por agua, y él fue volandito Llevando el cedazo para echarla en él
Así que la traiga el buen Simoncito Seguirá su historia pintoresca y fiel.
                                                                             RAFAEL POMBO


18. LA POBRE VIEJECITA

Érase una viejecita Sin nadita que comer Sino carnes, frutas, dulces, Tortas, huevos, pan y pez
Bebía caldo, chocolate, Leche, vino, té y café, Y la pobre no encontraba Qué comer ni qué beber.
Y esta vieja no tenía Ni un ranchito en que vivir Fuera de una casa grande Con su huerta y su jardín
Nadie, nadie la cuidaba Sino Andrés y Juan Gil Y ocho criados y dos pajes
De librea y corbatín Nunca tuvo en qué sentarse
Sino sillas y sofás Con banquitos y cojines
Y resorte al espaldar Ni otra cama que una grande
Más dorada que un altar, Con colchón de blanda pluma,
Mucha seda y mucho olán. Y esta pobre viejecita
Cada año, hasta su fin, Tuvo un año más de vieja Y uno menos que vivir Y al mirarse en el espejo
La espantaba siempre allí Otra vieja de antiparras, Papalina y peluquín.
Y esta pobre viejecita No tenía que vestir Sino trajes de mil cortes
Y de telas mil y mil. Y a no ser por sus zapatos,
Chanclas, botas y escarpín, Descalcita por el suelo Anduviera la infeliz
Apetito nunca tuvo Acabando de comer, Ni gozó salud completa
Cuando no se hallaba bien Se murió del mal de arrugas,
Ya encorvada como un tres, Y jamás volvió a quejarse
Ni de hambre ni de sed. Y esta pobre viejecita
Al morir no dejó más Que onzas, joyas, tierras, casas, Ocho gatos y un turpial
Duerma en paz, y Dios permita Que logremos disfrutar
Las pobrezas de esa pobre Y morir del mismo mal.
                                                                              RAFAEL POMBO

19. DAME DE BEBER


Yo también infeliz Samaritana le hallé en el pozo de Jacob un día,
y el agua que con ansias me pedía, muerto de sed se la negué inhumana.
Aun fue mas ruin mi proceder liviano, pues yo sin saber lo que me hacía,
Rechace la que El mismo me ofrecía,
en el hueco amoroso de Su mano.
Ni una gota te di, ni yo tampoco
calmar pude oh Jesús, mi sed interna.
Ah, dame de beber que he sido un loco,
y aunque es mi corazón seca sisterna,
mana el Tuyo un raudal que poco a poco
me da por cinco fuentes vida eterna
                                                                                  Padre Abraham Gil S.J.

20. El 23 DE ABRIL


En esta fecha, grata y memorable, La historia humana en contraste muestra:
Entregó su alma un escritor notable. Y un escritor nace en la Colombia nuestra.
En Madrid (España) falleció Cervantes; glorioso, con Quijote y Sancho Panza.
Dedicó a los escritos sus instantes,
quedó para los siglos su enseñanza.
Nació en un pueblo de la Antioquia amada
también en esta fecha se proclama: Suárez, en casa humilde hoy enmarcada,
por el amor de un pueblo que lo ama.
Vivieron para Dios y el Castellano.
El uno fue valiente y gran soldado;
el otro, un hombre sencillo, un ciudadano.
Un presidente noble, por la patria amado.
¡Gloria al idioma Español que es maravilla! ¡Gloria a Cervantes y Marco Fidel!
Gloria a las letras, y a la mente fiel... ¡Que cultive el idioma de Castilla!
     GABRIEL ÁNGEL PÁEZ TÉLLEZ
21. REMORDIMIENTO PÓSTUMO-Charles Baudelaire


Cuando en el fondo duermas, mi bella tenebrosa,  de una bóveda en mármol oscuro trabajado,
y ya no tengas más por alcoba y morada
que una llovida cueva y que una hueca fosa;
cuando la tierra oprima tu carne perezosa
y tus flancos que el ocio con encanto a pulido,
ni haya en tu corazón el amor, ni el latido, ni tus pies puedan ir tras de ninguna cosa,
la tumba, confidente de mi sueño infinito, en esas noches de las que el sueño está proscrito
—la tumba y el poeta son hermana y hermano—
te dirá: "Cortesana de atractivos inciertos,
¿de qué te vale ahora ignorar a los muertos?"
Como un remordimiento te roerá el gusano.

22.  LA ABUELITA

Tres años hace, murió mi abuelita cuando la fueron a sepultar
deudos y amigos en honda cuita se congregaron para llorar
Cuando la negra caja cerraron curioso y grave, me aproximé
y al verme cerca me regañaron porque sin llanto, la contemplé.
Dolor vehemente rápido pasa tres años hace, que muerta está
Llovieron penas y nadie en casa de mi abuelita se acuerda ya
Yo sólo tengo luto y tristeza y su recuerdo fuerza cobró
como del árbol en la corteza se ahonda el nombre que se escribió


23. ADOLESCENCIA
En el balcón, un instante nos quedamos los dos solos.

                Desde la dulce mañana de aquel día, éramos novios.
—El paisaje soñoliento dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa del crepúsculo de otoño.—
Le dije que iba a besarla; bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas, como quien pierde un tesoro.
—Caían las hojas muertas, con temor y con temblor.en el jardín silencioso, y en el aire erraba aún un perfume de heliotropos.— No se atrevía a mirarme; le dije que éramos novios, ...y las lágrimas rodaron de sus ojos melancólicos. Juan Ramón Jiménez


24 JÓVENES

Oye joven, sé prudente; apártate para Dios Entrégate a El por completo;
toma hoy la decisión. El mundo mucho te ofrece;
se presenta en su esplendor Pero al final del camino
todo es desilusión. La carne con sus pasiones
provoca a la tentación Si no la vences a tiempo,
te lleva a la perdición. Es una trampa, no cedas;
es lazo del tentador Repréndelo en el momento,
si no, te espera el dolor. Mira arriba, hacia el cielo;
busca el rostro del Señor Es el refugio seguro,
el lugar de bendición. El es el Amigo fiel;
conoce tu corazón Es el que llena el vacío;
da plena satisfacción. Sé sabio, sigue a la meta;
haz tú como el corredor se sacrifica a sí mismo
por tener el galardón. Si así hacen los atletas
que ejercitan con tesón, aprende el ejemplo, joven;
el cielo es de más valor. Nunca, nunca menosprecies
a tan grande salvación Te aconsejo que la guardes .
                                                               Zaida C. Ramón


25. A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado, Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva, Érase un peje espada mal barbado;
Era un reloj de sol mal encarado. Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba, Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera, Érase una pirámide de Egito,
Los doce tribus de narices era; Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera, Sabañón garrafal morado y frito.
                                                                 Francisco de Quevedo

26. A UN NARANJO Y A UN LIMONERO
                                      
Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con tus naranjitas secas y arrugadas!.
Pobre limonero de fruto amarillo cual pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero arbolillo criado en mezquino tonel de madera!
De los claros bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos de la adusta sierra, hijos de los campos de la tierra mía?
¡Gloria de los huertos, árbol limonero, que enciendes los frutos de pálido oro,
y alumbras del negro cipresal austero las quietas plegarias erguidas en coro;
y fresco naranjo del patio querido, del campo risueño y el huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido de frondas y aromas y frutos cargado!
                                                                                                      Antonio Machado.

27. NOCTURNO

 Una noche, Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Una noche, En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda, Muda y pálida
Como si un presentimiento de amarguras infinitas, Hasta el más secreto fondo de tus fibras te agitara,
Por la senda florecida que atraviesa la llanura Caminabas, Y la luna llena
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada
Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban

Y eran una Y eran una ¡Y eran una sola sombra larga!
¡Y eran una sola sombra larga! ¡Y eran una sola sombra larga...!
Esta noche Solo;
el alma Llena de infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
Por el infinito negro, Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo
Por la senda caminaba... Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida Y el chirrido de las ranas...
Sentí frío. Era el frío que tenían en la alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas De las mortuorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte, Era el frío de la nada...
Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola, Iba sola, ¡Iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra, esbelta y ágil Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella, Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas...!
                                                                                                     José Asunción Silva

28.INFANCIA
En el recuerdo vago de las cosas  Que embellecen el tiempo y la distancia
ornan a las almas cariñosas Cual bandada de blancas mariposas,
Los plácidos recuerdos de la infancia. ¡Caperucita, Barba Azul, pequeños
Liliputienses; Gulliver gigante Que flotáis en las brumas de los sueños,
Aquí tended las alas Que yo con alegría
Llamaré para haceros compañía A1 ratoncito Pérez y a Urdimalas!
¡Edad  feliz! Seguir con vivos ojos Donde la idea brilla,
De la maestra la cansada mano, Sobre los grandes caracteres rojos
De la rota cartilla, Donde el esbozo de. un bosquejo vago,
Frutos de instantes de infantil despecho,  Las separadas letras juntas puso
Bajo la sombra de impasible techo.
En alas de la brisa Del luminoso Agosto, blanca, inquieta
A la región de las errantes nubes
Hacer que se levante la cometa  En húmeda mañana;
Con el vestido nuevo hecho jirones, En las ramas gomosas del cerezo
El nido sorprender de copetones; Escuchar de la abuela
Las sencillas historias peregrinas; Perseguir las errantes golondrinas,
Abandonar la escuela Y organizar horrísona batalla
En donde hacen las piedras de metralla Y el ajado pañuelo de bandera;
Componer el pesebre De los silos del monte levantados;
Tras el largo paseo bullicioso Traer la grama leve,
Los corales, el musgo codiciado. Y en extraños paisajes peregrinos
Y perspectivas nunca imaginadas, Hacer de áureas arenas los caminos
Y de talco brillante las cascadas. Los reyes colocar en la colina
Y colgada del techo La estrella que sus pasos encamina,
Y en el portal el Niño Dios riente
obre mullido lecho De musgo gris y verdecino helecho.
¡Alma blanca, mejillas sonrosadas, Cutis de níveo armiño,
abellera de oro, 0jos vivos de plácidas miradas,
Cuán bello hacéis al inocente niño! Infancia, valle ameno,
De calma y de frescura bendecida Donde es suave el rayo
Del sol que abrasa el resto de la vida ¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
Cómo tus breves dichas transitorias, Cómo es de dulce en horas de amargura
Dirigir al pasado la mirada Y evocar tus memorias!
                                                                                      JOSÉ ASUNCIÓN SILVAVejeces

                                                                       29. VEJECES

Las cosas viejas, tristes, desteñidas, Sin voz y sin color, saben secretos
De las épocas muertas, de las vidas  Que ya nadie conserva en la memoria,
Y a veces a los hombres, cuando inquietos Las miran y las palpan, con extrañas
Voces de agonizante, dicen, paso, Casi al oído, alguna rara historia
Que tiene oscuridad de telarañas,  Son de laúd y suavidad de raso.
¡Colores de anticuada miniatura, Hoy, de algún mueble en el cajón, dormida;
Cincelado puñal; carta borrosa, Tabla en que se deshace la pintura
 Por el tiempo y el polvo ennegrecida; Histórico blasón, donde se pierde
La divisa latina, presuntuosa, Medio borrada por el líquen verde;
Misales de las viejas sacristías; De otros siglos fantásticos espejos
Que en el azogue de las lunas frías Guardáis de lo pasado los reflejos;
Arca, en un tiempo de ducados llena, Crucifijo que tanto moribundo,
Humedeció con lágrimas de pena Y besó con amor grave y profundo;
Negro sillón de Córdoba; alacena Que guardaba un tesoro peregrino
Y donde anida la polilla sola; Sortija que adornaste el dedo fino
De algún hidalgo de espadín y gola; Mayúsculas del viejo pergamino;
Batista tenue que a vainilla hueles; Seda que te deshaces en la trama
Confusa de los ricos brocateles; Arpa olvidada que al sonar, te quejas;
Barrotes que formáis un monograma Incomprensible en las antiguas rejas,
El vulgo os huye, el soñador os ama Y en vuestra muda sociedad reclama
Las confidencias de las cosas viejas! El pasado perfuma los ensueños
Con esencias fantásticas y añejas  nos lleva a lugares halagüeños
En épocas distantes y mejores; Por eso a los poetas soñadores,
Les son dulces, gratísimas y caras, Las crónicas, historias y consejas,
Las formas, los estilos, los colores,  Las sugestiones místicas y raras
Y los perfumes de las cosas viejas.  JOSÉ ASUNCIÓN SILVA

30. YO EN EL FONDO DEL MAR


En el fondo del mar hay una casa de cristal.
A una avenida de madréporas da.
Un gran pez de oro, a las cinco,
me viene a saludar. Me trae
un rojo ramo de flores de coral.
Duermo en una cama un poco más azul
que el mar. Un pulpo
me hace guiños a través del cristal.
En el bosque verde que me circunda
—din don... din dan—
se balancean y cantan las sirenas
de nácar verdemar. Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo, las erizadas puntas del mar.
                            ALFONSINA STORNI

31. Amor

                El amor es fragante como un ramo de rosas. Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas de todas las umbrías y todas las praderas.
Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros, de salvajes corolas y tréboles jugosos.
Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros, ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!
¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia! Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras y unge mi piel de frescas esencias campesinas.
                                                           Juana de Ibarború

32. BAJO LA LLUVIA

¡Cómo resbala el agua por mi espalda! ¡Cómo moja mi falda,
 pone en mis mejillas su frescura de nieve! Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante, con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar, llena de la voluptuosidad de no pensar.
Un pájaro se baña en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene... me mira... nos sentimos amigos...
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido, de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve, y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.
                                                                    Juana de Ibarború

33. DESPECHO

¡Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.

Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo),
es por la fatiga de la loca rIsa
que en todos mis nervios su sopor desliza.

¡Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma,
pues como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...
                                                             JUANA DE IBARBORÚ

34. Canción Amarga

Nada turba mi ser, pero estoy triste.

Algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrás de esta agonía,
he tenido en mi mano las estrellas.

Debe ser la caricia de lo inútil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedia sin par de la existencia.

Ser y no querer ser? esa es la divisa,
la batalla que agota toda espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el mísero cuerpo aún quedan fuerzas.

¡Perdóname, oh amor, si no te nombro!
Fuera de tu canción soy ala seca.
la muerte y yo dormimos juntamente?
Cantarte a ti, tan sólo, me despierta
                                                     Julia de Burgos

35.  ¿DE QUÉ SE RÍE ?

En una exacta  foto del diario
señor ministro del imposible
vi en pleno gozo y en plena euforia
y en plena risa su rostro simple
seré curioso señor ministro
de qué se ríe de qué se ríe
de su ventana se ve la playa
pero se ignoran los cantegriles
tienen sus hijos ojos de mando
pero otros tienen mirada triste
aquí en la calle suceden cosas
que ni siquiera pueden decirse
los estudiantes y los obreros
ponen los puntos sobre las íes
por eso digo señor ministro
de qué se ríe de qué se ríe
usté conoce mejor que nadie
la ley amarga de estos países
ustedes duros con nuestra gente
por qué con otros son tan serviles
cómo traicionan el patrimonio
mientras el gringo nos cobra el triple
cómo traicionan usté y los otros
los adulones y los seniles
por eso digo señor ministro de
qué se ríe de qué se ríe
aquí en la calle sus guardias matan
y los que mueren son gente humilde
y los que quedan llorando de rabia
seguro piensan en el desquite
allá en la celda sus hombres hacen
 sufrir al hombre y eso no sirve
después de todo usté es el palo mayor de un barco
que se va a pique seré curioso señor ministro
de qué se ríe  de qué se ríe.
                                                Mario Benedetti.


36. DOLOR

Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar
                                                                               Alfonsina Storni.
37 OH CRISTO

«Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor;
ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia
sin que yo me angustie y llore; ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,
¡oh Cristo! »
En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser
ara encontrar algún odio: nadie puede herirme ya
sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!
Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!
                                                                     AMADO NERVO


                          38. OH MAR NO ESPERES MAS!

Tengo caído el sueño, y la voz suspendida de mariposas muertas.
 corazón me sube amontonado y solo a derrotar auroras en mis párpados.
Perdida va mi risa por la ciudad del viento más triste y devastada.
Mi sed camina en ríos agotados y turbios,
rota y despedazándose.
Amapolas de luz, mis manos fueron fértiles
tentaciones de incendio. Hoy, cenizas me tumban para el nido distante.
¡Oh mar, no esperes más! Casi voy por la vida como gruta de escombros.
Ya ni el mismo silencio se detiene en mi nombre.
Inútilmente estiro mi camino sin luces.
Como muertos sin sitio se sublevan mis voces.
¡Oh mar, no esperes más! Déjame amar tus brazos con la misma agonía
con que un día nací. Dame tu pecho azul,
y seremos por siempre el corazón del llanto
                                                            JULIA BURGOS

39. LA CANCIÓN DEL PIRATA



Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido  del uno al otro confín.

La luna en el mar rïela, en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento olas de plata y azul;
y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa,
hacia  a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Stambul:

«Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho
a despecho del inglés, y han rendido sus pendones
cien naciones a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor,
que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.

A la voz de «¡barco viene!» es de ver cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer. En las presas yo divido lo cogido por igual;
sólo quiero por riqueza la belleza sin rival.

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río; no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.

Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí.

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
Son mi música mejor aquilones, el estrépito y temblor
de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.


Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado, arrullado por el mar.

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.»
                                              José de Espronceda


40. AMIGOS

Nuestros amigos no nacen, pero se hacen
Aprenden las consignas y se encienden.
Desde el balcón más cálido del vino
Lanzan palabras cazaamaneceres.
Nuestros amigos le apuntan al olvido
Con sus rifles de abrazo y siempreverdes
Le dibujan a los silencios, bocas
Para que digan nomás lo que les duele.
Nuestros amigos ofrecen en el día
Lo mucho azul que de la noche aprenden
Y en las noches de infinito y humo
Reparten mantas que de día tejen.
Amigos donde el tiempo ha fracasado
En su ambición de arrodillar lo breve
Porque ellos miran la vida letra a letra
Y en una carcajada se la beben
Nuestros amigos no se parten, se reparten
como un noble tesoro irreverente
Para que en esta noche compartamos todos
Esta amistad igual que un pan caliente.
                             ALBERTO ENRIQUE ORTÍZ

41. CANCIÓN DE LA HORA FELIZ


Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la muerte... Un alba se hizo en mi corazón.

Bien sé que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.

Bien sé, que alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.

Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada
en noches sin aurora y en llantos de agonía
por el fatal destino de dioses engañada,
ya no creeré en nada... Ni aún en la Poesía...

¡Y estoy sereno! En medio del obscuro “Algún día”,
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mi mismo,
sonriendo virilmente: -“¿Poeta en qué quedamos?”
Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo...
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!
                                                                PORFIDIO BARBA JACOB

42. REIR LLORANDO                                                                               JUAN DE DIOS PEZA

Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra, el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz. Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores, en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso, llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte;
En un eterno spleen muriendo vivo, y es mi única pasión la de la muerte.
-Viajad y os distaeréis. -Tanto he viajado -Las lecturas buscad -Tanto he leido-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado! -Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas - ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?...-Mis tristezas -¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.
¿De vuestra vida actual tenéis testigos? - Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos; y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja- agrega el médico -perplejo vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo: sólo viendo a Garrick podéis curaros.
-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa; ¡tiene una gracia artística asombrosa !
-Y a mí me hará reir?-Ah, sí, os lo juro !; él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo: ¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el autor suicida sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!.. ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fe, si huye la calma, si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto; que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas.
                                                                                JUAN DE DIOS PEZA


43. JUVENTUD
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura; sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,

Herodías y Salomé... Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer... Y más consoladora y más
halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás. Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía. En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe...
Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...
Otra juzgó que era mi boca el estuche de su pasión;
y que me roería, loca, con sus dientes el corazón.


Poniendo en un amor de exceso la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera y la carne acaban también...
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas, en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa. ¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco a los rosales del jardín...
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... ¡Mas es mía el Alba de oro!
Ruben Darío